martes, 17 de junio de 2014

Tras las Huellas

Cuando llegue al sitio del accidente y vi que se trataba de Diana, el corazón me dio un vuelco, una explosión de recuerdos sobre ella inundo mi cabeza, era una chica muy simpática y también bastante tímida; a pesar de su timidez teníamos una pequeña amistad, siempre que nos encontrábamos en los vestuarios o en el bar del hotel, nos contábamos nuestras experiencias con los huéspedes que teníamos en las clases e incluso últimamente hablábamos de nuestra vida privada. Unos días atrás me contó que había comenzado una pequeña relación con un chico del pueblo, nunca llego a desvelarme su identidad, pero si me dijo que llevaban apenas unas semanas, ella dudaba seriamente; ya que no estaba muy segura de continuar con  la relación porque el chico era algo celoso. Al recordar todas estas conversaciones de pronto una serie de preguntas me retumbaban en el cerebro una y otra vez - ¿podría ser esta información relevante en el caso? ¿Debería de darle esta información a la policía?, ¿y si el chico la mato porque ella decidió finalizar con la relación?-.Una vez recuperado el sentido decidí que por el momento callaría para  buscar de otros indicios y un posible culpable. Me pase el día entero  colaborando con la policía en buscas de posibles huellas, aunque recorrimos aproximadamente  un kilometro a la redonda alrededor del cadáver y rebuscamos hasta en el último rincón, solo hayamos las huellas recientes de Samuel y su animal, quizás la nevada caída la noche anterior elimino cualquier pista; por más que buscamos otros posibles culpables todo apuntaba a que Samuel el cazador del hotel, era el único sospechoso. La versión oficial habla que  fue su perra la que encontró el cadáver, algo  increíble bajo mi parecer  ya que nunca vi que ellos tuvieran ninguna relación, ni tan siquiera había oído nada acerca de que tuvieran alguna amistad; y si hubiera habido algo  seguro se hubiera sabido ya que en el hotel no se puede tener ningún secreto y tampoco en el pueblo porque todo se sabe; ya que las “doñitas” del pueblo se encargan de averiguar todo, se pasan el día entero en la plaza y parecen la revista oficial del municipio. Samuel era una persona reservada, pero parecía un buen hombre; siempre estaba dispuesto a ayudar a los demás y no tenia reparo ninguno de quedarse más horas con tal de que todo estuviera perfecto para el día siguiente. No era  muy hablador y vivía en una montaña aislado de la parte central del pueblo.


                A la mañana siguiente no se hablaba de otra cosa que del asesinato. Yo me levante más temprano de lo normal para ver si podía ir al calabozo y hablar con Samuel, no éramos íntimos amigos pero la verdad es que nos llevábamos bien. Me levanté con un dolor intenso de cabeza, porque me dormía y me despertaba continuamente por el día tan ajetreado y la fatídica noticia. Antes de irme a duchar puse la cafetera, nada más salir de la ducha me tomé el café que me supo a “gloria”, luego me puse unos vaqueros, camisa y deportivas; fui lo más cómoda posible porque me esperaba un día ajetreado, incluso peor que el de ayer. De camino a la comisaria vi como se palpaba la tensión en el ambiente, y todo el mundo cuchicheando del terrible asesinato.

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