Eran
las diez de la mañana cuando por fin, arrastrando mi maleta tras de mí, llegué a ese
maldito pueblo alejado de la mano de Dios. Estaba realmente cansado después de
mi largo viaje desde Barcelona: un vuelo en avión, un taxi y tres autobuses. Me
dolía todo el cuerpo. Soy un chico de ciudad, no me gustan los pueblos, este es
el peor sitio al que podrían haberme enviado, y sin embargo aquí estoy. Nada de
cobertura, nada de televisión...nada de nada. Van a ser las peores semanas de
mi vida.
Sacudo
la cabeza mientras avanzo por el camino que lleva a la villa. Huele a hierba y
a tierra mojada, y el frío me cala a pesar del caro abrigo que llevo encima.
Parece que ha sucedido algo porque noto revuelo y caras sombrías al pasar. Me
parece extraño porque había supuesto que todas las personas que viven en sitios
como estos van siempre con cara de aburrimiento o con sonrisas amables. Me
dirijo al mostrador para identificarme y veo los folletos de actividades: caza,
tiro con arco, agricultura, equitación... Voy a echar mucho de menos internet.
El
encargado me da mi llave y me indica por dónde ir. Subo hasta mi habitación y deshago
con cuidado mi equipaje, perfectamente ordenado dentro de mis maletas. Lo coloco todo en los armarios vacíos, después
de todo pasaran unas largas semanas antes de que pueda volver a guardar mi
equipaje. Una vez he acabado me tumbo en la cama, con las manos bajo la cabeza,
y respiro profundamente intentando hacerme a la idea.
La
verdad es que es culpa mía estar aquí, metí mucho la pata con la última
transacción y es la forma que tiene Ana, mi jefa, de castigarme por ello. Perdió
una venta por mi culpa, así que me destinó a este sitio horrible para probar
todas las actividades, evaluar los complejos e indagar sobre la historia. Por
lo visto vino aquí de niña y se quedó prendada, cree que este sitio tiene
potencial si lo compra y lo reforma, además con todas las historias siniestras
que carga no piensa que le resulte difícil hacerse con él. La verdad es que no
se cómo la gente se traga toda esa sarta de mentira, sin ver que es puro
marketing.
Así que
aquí estoy, después de una carrera y dos másteres, después de tanto esfuerzo, teniendo que hacer un informe
detallado sobre un hotel en medio de la nada, y sin cobertura. Al menos no me
han despedido, aunque sé que eso es sólo porque esa bruja sabe que soy muy
bueno en mi trabajo, y que si fallé la última vez fue sólo porque me dieron una
información falsa. De todas formas tengo suerte de seguir con ella, su empresa
es millonaria, de las mejores, y no suelen contratar a gente tan joven como yo,
así que pienso bordar el informe y volver lo antes posible a mi reconfortante
apartamento en Barcelona.
Me doy
una larga ducha antes de bajar al vestíbulo con mi portátil. Tomo un puñado de
los panfletos informativos del mostrador y me siento en uno de los sillones
para empezar a trabajar, observándolo todo con atención. Poco después capto el fragmento de una
conversación a mi derecha.
-Ha
aparecido asesinada esta mañana.- Escucho. Luego un grito ahogado, un murmullo
que no logro descifrar y pasos que se alejan.
¿Asesinada?
Vaya, parece que mi estancia aquí no va a ser tan aburrida después de todo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario